(Sudamericana, 2006)
A más de dos décadas del comienzo de la recuperación democrática en la mayoría de los países de América Latina, los principales problemas que afectan a la gran mayoría de los ciudadanos latinoamericanos están todavía irresueltos.
Son muchas las promesas incumplidas por nuestras democracias, y por ello, las crisis económicas y sociales se han transformado muchas veces en crisis de legitimidad de la dirigencia política y descrédito de las instituciones republicanas. Las democracias latinoamericanas evidencian un déficit en materia de desigualdades sociales que ha determinado su pobre calidad social e institucional.
Es cierto que la democracia en América Latina atraviesa una situación compleja, plagada de urgencias, de amenazas a la gobernabilidad y de desigualdades, pero también de potencialidades aun inexploradas que pueden ser aprovechadas para mejorar la calidad de la democracia en la región.
El gran desafío reside en la posibilidad de impulsar una “democracia de nuevas bases”, que promueva un rol más cooperativo del Estado, el parlamentarismo, la inclusión, la igualdad y la concertación.